Con el objetivo de promover el conocimiento del consumidor, como comercializadora, tenemos la responsabilidad de llevar a cabo acciones didácticas. La certificación de energía 100% renovable, o energía verde, se implementó en España en el año 2007. De esta forma, aquellos consumidores concienciados medioambientalmente podrían reclamar a su comercializadora que la energía que consumen sea de origen renovable, sin emisiones de CO2 asociadas.
El uso de Garantías de Origen supone un incentivo para los productores de energía renovable, y un mensaje directo a los legisladores sobre el apoyo de los ciudadanos y empresas del país a estas tecnologías.
Por alguna extraña razón, el ser humano conoce y se preocupa más por aspectos relativamente puntuales de la vida, que por aquéllos cotidianos. Probablemente, una encuesta a ciudadanos arrojará mayor conocimiento sobre las características del último teléfono móvil de moda (que cambiará aproximadamente cada tres años) o sobre los nuevos modelos de coche de su marca predilecta (que cambiará cada diez años), que sobre las características de su contrato de telefonía móvil o su contrato de la luz (de los que hace uso a diario). Sin embargo, la encuesta del CIS sobre las preocupaciones de los españoles incluirán el precio de la luz en los primeros lugares cuando coincida con alguna subida inesperada o una ola de frío. El tiempo que dedicamos a conocer y estudiar lo que teóricamente nos preocupa se aleja mucho de lo que queremos hacer creer.
Seguramente podamos achacar esto a la corta vida de estos sectores como sectores liberalizados. El ciudadano necesita tiempo de adaptación para interiorizar conceptos que, a los que trabajamos en ello, se nos antojan sencillos. Como comercializadora, tenemos la responsabilidad de llevar a cabo acciones didácticas con el objetivo de promover el conocimiento del consumidor, buscando decisiones más racionales.
Una de las dudas que asalta al consumidor cuando se habla de energía 100% renovable o energía verde es si existen unos “cables verdes” por los que fluye esa energía, unida a la inquietud por si esos cables llegarán a su casa o empresa. Desgraciadamente, la realidad es mucho más aburrida y podría decirse que sencilla, aunque supone un reto a la hora de entenderlo. Y parece que, en línea con el párrafo que introduce este post, poca gente se ocupa de comprender algo que puede afectar a su día a día, como es el suministro de electricidad.
La certificación de energía 100% renovable, o energía verde, se implementó en España en el año 2007. La CNMC (entonces CNE) fue la encargada de desarrollar, por orden de Bruselas, un sistema a través del que se pudiera garantizar que la electricidad suministrada tiene origen en fuentes renovables. De esta forma, aquellos consumidores concienciados medioambientalmente podrían reclamar a su comercializadora que la energía que consumen sea de origen renovable, sin emisiones de CO2 asociadas. Aunque la idea de los “cables verdes” suena bien para alguien con mucha imaginación, la solución técnica más viable fue la aburrida: la contabilidad. Veamos un ejemplo cotidiano para entenderlo:
Juan, que vive en Madrid, debe 100 € a Mateo, que vive en Albacete. Juan podría echar mano del correo postal, y mandar en un sobre un billete a su amigo. Sin embargo, decide utilizar del sistema bancario, y hacerle una transferencia. Juan acude a su oficina con el billete en la mano, y lo ingresa en su cuenta. Su banco hace un apunte contable en su cuenta bancaria, de forma que Juan tiene un saldo positivo de 100 €. Procede entonces a ordenar una transferencia a Mateo, con dos consecuencias: el banco de Juan le hace un apunte contable negativo en su cuenta, mientras que el banco de Mateo le hace a este un apunte contable positivo de 100 €. Mateo ha recibido su dinero, y el billete original no ha viajado físicamente hasta Albacete. Salvo algún despistado, nadie esperaría que el billete original, el mismo que Juan tenía en su mano, salga del cajero cuando Mateo vaya a retirar su dinero.
El sistema de Garantías de Origen funciona exactamente igual: la asignación de energía 100% renovable se realiza contablemente, de forma que los productores de energía renovable reciben una Garantía de Origen por cada MWh generado a través de un apunte contable positivo en sus cuentas. Cuando un consumidor contrata la electricidad 100% renovable, se le transfieren las Garantías de Origen, a través de un apunte a su favor a la vez que el productor recibe un apunte negativo, y sus Garantías de Origen dejan de estar disponibles para el resto del sistema.
En la práctica, es imposible diferenciar de forma física el origen de la electricidad que fluye por la red. El consumidor recibirá energía de fuentes diversas, aquellas que forman parte del mix de generación nacional, incluyendo nuclear, carbón, gas y renovables (en todas sus variantes). Pero el sistema de Garantías de Origen permite hacer una asignación contable de la energía renovable que forma parte de ese mix a aquellos clientes que contraten su energía 100% renovable, reduciendo la parte que (contablemente) reciben los que no la contraten.
Aunque este sistema resulte poco atractivo para el consumidor final, es la única forma que tiene para mostrar compromiso con el desarrollo energético sostenible. El uso de Garantías de Origen supone un incentivo para los productores de energía renovable, y un mensaje directo a los legisladores sobre el apoyo de los ciudadanos y empresas del país a estas tecnologías.
